El diseñador de FX Marcos Berta, uno de los creadores de criaturas más espeluznantes del audiovisual argentino, participó de una charla abierta en el marco de los 10 años de Cabustra.
Premiado por su trabajo en el éxito nacional “Cuando acecha la maldad”, de Demian Rugna, y en otros clásicos de género como “Aterrados”, o la peli cordobesa “El Ucumar”, de Octavio Revol Molina, Marcos Berta contó en el Centro Cultural Córdoba algunos de los secretos de 20 años de carrera.

Marcos todavía estaba en la escuela, de cine, y debía resolver el efecto de un degüello cuando ni siquiera sabía qué era el látex. Su profesor lo llevó con una persona para salir de ese problema, y luego de unas clases empezó a trabajar con él.
Para Berta, hay lecciones de anatomía que aprender… aunque puede ser de modos menos formales. “Mucho lo aprendés haciendo. Mi camino fue bastante a los tumbos. Yo tenía una base más académica, del dibujo, tenía ese soporte, pero esto te lo va a decir todo el mundo: lo divertido es romper con todo eso”.
En la charla junto a Octavio Revol, que formó parte de las celebraciones de la productora cordobesa Cabustra Entertainment, el artista dio detalles de la producción de “El Ucumar”, que se rodó entre Córdoba y Salta durante la pandemia. También del increíble personaje de “Cuando acecha la maldad”, con el que obtuvo reconocimientos internacionales y nacionales. “Mi propuesta fue que al ver (al personaje embichado) sintamos olor. Ese era mi norte: es imposible, pero si algo te transmite olor visualmente, es lo más hardcore”, describió.
Durante el conversatorio, también respondió consultas sobre los materiales y los procesos de investigación para cada trabajo. “El material tiene que funcionar para vos, vos no tenés que funcionar para el material. Después, es experiencia. A mí la búsqueda de realismo me copa hacerla desde los materiales básicos”.
Transformación de la materia
“De chico siempre me gustó transformar cosas: me regalaban un GI Joe y yo por ahí le cortaba las piernas, le hacía alguna modificación. Es algo que sigo haciendo hoy en día. Me encanta modificar cosas, no me gustan como vienen de fábrica, desde pintarlas y hacerles un upgrade que me sirva o me sea más funcional. Eso de la transformación de la materia me sienta bien”, dijo Berta.
Acerca de los materiales, describió que hay “una investigación y una experimentación constantes, porque además hay cosas que van cambiando todo el tiempo. No es que me voy a comprar un kit de siliconas y empezás, porque necesitás también la pintura, el thiner, el aerógrafo… esto es infinito”. Y agrega que sea látex, resina, poliuretano, o cualquier cosa, su proceso es “llevar al extremo eso y que guste el resultado, hasta que no funcione”.
En un momento de la charla, Marcos Berta aseguró, pese a que pueda parecer lo contrario: “La sangre y los muertos la verdad que me dan un asco tremendo”.
A lo largo de dos décadas de trabajo, el artista fue modificando algunos procesos. “Generamos mucha mugre, toneladas de mugre, y hay cosas que no son biodegradables y yo me siento muy culpable. Pasarme a nuevas tecnologías me hace sentir un poco mejor”, aseguró.
Del mismo modo, dijo que hace una década no trabaja con nada que tenga que hacerse con plumas, ya que las plumas que se utilizan tienen que ser de animales reales. Por ese motivo, dejó de hacerlas para siempre.
¿Cómo se inspira? Puede haber mil formas, pero la clave está en ampliar la biblioteca de artistas: “Desde un cineasta, un pintor, un escultor, un poeta, lo que sea. Todo lo que sea artístico te amplía el horizonte”, aseguró.